Hay quienes dicen, hay quienes dicen
que todo fue digitado
a niveles elevados
de los Estados Unidos
donde el máximo poder tiene su nido
y no quiere que haya otro parecido.
Pero Dios quiso, pero Dios quiso
dar permiso de improviso
de lanzar al mundo entero
de repente cual reguero de pólvora
los Panama Papers, Panama Papers
que entre todos sus registros
involucran a ministros,
diputados, concejales
entre tantos otros frikis estatales,
profesores del derecho financiero.
No te exagero. No te exagero.
Y aunque no cause sorpresa
que figure a la cabeza
más de un primer mandatario
o de un ex, el secretario
sirve para confirmar
que además de perpetuar
un sistema que en si mismo
legaliza el robo del trabajo ajeno están
haciéndole una cama al propio régimen.
Panama Papers, Panama Papers.
Con alguna empresa off-shore
hay de todos los colores,
con la táctica del tero
de gritar acá y mandar al extranjero
lo birlado al empleado y al obrero.
Panama Papers, Panama Papers.
Pero hay otros andurriales
con paraísos fiscales
donde van los capitales a lucrar
sin que los jodan.
y que nunca se conoceran,
a menos que los grandes medios
necesiten aumentar el rating
para hacer nuevas empresas
en lugares no quemados
como Panamá.
Si te pensabas que con Twitter y/o Facebook lo tenías todo entonces es que estás muy pero muy equivocado. Si piensas que estar en la red mas «popular» es suficiente para alcanzar las mayores o mejores metas, también es un error muy común como banal sobre la ley del mínimo esfuerzo y mimo beneficio.
Hoy en día existen muchas redes que siendo simples cumplen incluso mejor la función de contactar tus temas favoritos de manera mucho mas directa. Viene a ser el mismo enfoque que muchos otros valores de la sociedad, son medios mas personalizados al perfil de cada parte de la sociedad. Insisto que dejarse llevar por la idea del mas mejor, mas de moda, mas oportuno o mas casual es automáticamente decir que «no eres mas que nadie«.
Como aquí se menciona mucho el tema de redes sociales y libres, vamos a poner un simple ejemplo para entrar mejor en lo que sería sobre la práctica. Redes de mensajería instantánea similares a WhatsApp hay miles, redes similares a Twitter hay miles, redes similares sociales a Facebook hay miles, el problema de todas esas miles es que a veces conviene leer, preguntar, probar y sobre todo comprobar hasta donde podemos alcanzar con algunas de ellas, nuevas metas y nuevos descubrimientos.
Otro tema o mejor dicho otro ejemplo super famoso, muy mencionado y sobre todo muy respetado (pero tristemente muy infravalorado) es Reddit, solo porque la gran mayoría de las cosas está de plano en inglés. Es otra insultante muestra mas de como sin hacer nada pues no se va a conseguir nunca nada tampoco, solo se necesita navegar un poco, realizar algunas búsquedas, seguir algunos consejos, comprender el rol y funcionamiento del sistema y pronto habrá sorpresas.
Aunque sea en temas sencillos o tercos como es en la informática, se puede encontrar buenos comentarios en español, castellano o latinoamericano, eso ya es irrelevante, pero de que se entiende se entiende perfectamente.
Otra red competencia leal a Twitter pues GNUSocial, donde la magia de correr en diferentes nodos y a la vez de poder tener mas de una cuenta disfrutas de un medio que siempre será accesible, disponible y sobre todo inter operable. Lo que tengas que decir lo puedes decir, lo podrás decir y lo acabarás diciendo, de eso no hay ninguna duda, ni filtro, ni censura, ni condiciones ni limitaciones de caracteres. Suficiente espacio como para explicar, desarrollar y dejar bien claro que está sucediendo o que quieres que suceda.
Una de las cosas que pronto o tarde nos enseña el mundo de GNU, aparte del mundo de redes libres, el mundo de sistemas abiertos, el mundo de código libre, el mundo de licencias CC, es que no todo siempre es lo que parece, no todo se resume en un comercio u oportunidad de ello, sino mas al contrario la información mas vital e imprescindible se canalizar por medio propio, cuenta propia y sobre todo quien sabe por donde. Ya que esta información no se supedita ni se subestima por los valores de quienes unos avaros quieren condicionar o legitimarse como los reales, los importantes ni mucho menos los mejores.
Es por eso que podemos decir que somos de otro mundo, otromundo, otherworld… llámalo como quieras, un otro mundo tan diverso que si te fijas un poco de donde vienes descubres que no es ni remotamente lo que te imaginabas que ibas a acabar siendo, seguramente que tu otro mundo donde comenzaste ya lo dejaste atrás, o con suerte lo llevas todavía en tu lado para ir recordando y comparando, pero sabes que el día de mañana quedará todavía más y más relegado a un segundo plano. Y en esa fase de crecimiento, de evolución como de transferencia debes hallar tu nuevo entorno, tu nuevo medio, tus nuevas virtudes y sobre todo tus importantes manifestaciones.
Y todo eso difícilmente lo podrás hacer con plena seguridad y pleno poder en un medio tan tan universal como es face o twitt, deberás encontrar un medio mas «a medida«, mas peculiar y sobre todo más particular. Pues no todos somos iguales y debes ser muy consciente de eso. ¡Suerte!
Hace un buen tiempo que la referencia del “software libre” llegó a mi conocimiento. Sonaba muy bien y tenía sentido si se miraba además el desarrollo tecnológico que hay detrás: Sistemas operativos de escritorio, programas para computadores personales, scripts, interfaces, etc. En su mayoría, los trabajos a los que accedía dentro de este mundo poseían algo en común, una licencia llamada GPL (General Public License), que establece dentro de la ley unas libertades básicas según ha dicho Richard Stallman (probablemente el líder del movimiento) de distribución, copia, estudio del código y derivación. Es un desarrollo necesario y excelente para el ámbito tecnológico, porque es posible sostener que el software de código abierto (y que contemple las libertades) genera mayor control de usuarios y programadores sobre la máquina que usan (en contraposición al software restrictivamente licenciado, como Skype, que es capaz de darnos una oportunidad para la comunicación, pero que no sabemos cómo trabaja internamente ni a dónde lleva los datos que le dejamos).
Este es un tema de privacidad ampliamente digerido por la propia comunidad del “software libre” que ahora no me detendré a examinar. Lo que ha venido cambiando en mi concepción de tal comunidad es el movimiento de la realidad de un punto a otro, más exactamente: ¿Cómo es que desde el “software libre” se plantea el cambio de la realidad, una transformación cualitativa de las cosas como las conocemos?
Primero, baste decir que a todas luces, en medio de la miseria, el terror, la paranoia represiva, la dominación mediática, el control y la vigilancia, hoy más que nunca necesitamos un cambio total de la negatividad producida por el capitalismo tardío. Segundo, el movimiento del “software libre” por lo menos en sus principios establece como acuerdo, la consigna “software libre para una sociedad libre”, lo que me lleva a preguntarme: ¿Será el software libre (o cualquier consecuencia técnica o tecnológica del mundo conocido) capaz de liberarnos así sin más? Mi respuesta es negativa.
El movimiento del “software libre” con una gran cantidad de adeptos a lo largo del mundo ha evitado uno de los principios básicos de funcionamiento de nuestra realidad, algo muy bien descrito en las tesis sobre Feuerbach de Marx1. El “software libre”, como “movimiento” (y esto aplica a cualquier iniciativa que antes no contemple tras de sí al ser humano como esencia y “potencia” práctica, como el generador del cambio) pretende deshacer las cadenas de la opresión a partir de un desarrollo técnico, una premisa además muy parecida con la racionalidad instrumental impuesta en nuestra sociedad capitalista. La técnica avanzada, un instrumento que moldea la realidad, para hacerla más sencilla y/o facilitar la lucha contra la naturaleza dada antaño por el ser humano en evolución, es hoy un peso bastante difícil de asumir. La técnica en nuestra época es un objeto extraño al ser humano, un yugo que lo sumerge en la oscuridad de los procesos “cibernéticos”.
La masa en la que actualmente está inmerso tal ser humano no busca redimir el uso de la ciencia y la tecnología a favor de la liberación y la libertad del trabajo asalariado, enajenado. No es una herramienta a su servicio, sino un asistente de dominación para los grupos cúspide. En tal sentido, la técnica en un mundo negativo, solo puede producir un resultado negativo: El “software libre” no puede hacer más que esperar a su instrumentalización para el control y la represión, no puede superar las propias barreras ya impuestas en el sistema. Ningún producto puede deshacer por sus propios medios la producción a la que ha sido sometido si antes no cuenta con el ser humano liberado.
“La técnica, considerada como un proceso histórico, está dotada con un significado interno, un significado propio: Se proyecta instrumentalmente como un medio para liberar al hombre de la fatiga y la ansiedad, de convertir su lucha por la vida en un proceso más pacífico. Ahí yace la causa final de la transformación metódica del mundo involucrado en la técnica. Pero la técnica, en el proceso de ser desarrollada como instrumentalidad “pura”, ha hecho caso omiso de esta causa final, que ya no se presenta como el objetivo del desarrollo tecnológico. Por lo tanto, la instrumentalidad pura, sin finalidad se ha convertido en un medio universal de dominación.”2
Cualquier planteamiento que no contemple antes la situación real del mundo como totalidad, que prometa la libertad a partir de una iniciativa aislada de la composición del todo (la superación personal, el movimiento del software libre, la religión, la psiquiatría) se acerca mucho más al idealismo que a la subversión y transformación. Esto nos lleva a pensar que el software libre es un movimiento idealista, que inicia de una mera superficie y que no se plantea la real necesidad de acción de cambio: La movilización social, política, mediática, cultural, etc, más allá de un producto que no es el inicio, pero tal vez sí sea un instrumento.
Con esto último me gustaría recalcar que el software de fuente abierta (y cualquier instrumento puesto a nuestra disposición) verdaderamente contribuye a las iniciativas por la liberación, en el momento en que nos da herramientas capaces de oponerse a la vigilancia, o nos da la posibilidad de acceder a una función sin necesidad de pagar un centavo por eso. Pero no es en sí mismo aquello capaz de catalizar un resultado liberador. Si seguimos en esta comprensión, también podríamos decir que si quiera la expresión “software libre” es verdaderamente imprecisa, porque no está subyugada a la realidad humana (realidad no-libre), la realidad en la que el terror toma parte cada momento.
Con respecto a la expresión “open source” en lo que al software concierne, creo que en verdad muestra lo que se propone designar, universaliza cierto mundo de la técnica que es propenso a convertirse en objeto de liberación.
“El impacto del progreso convierte a la Razón en sumisión a los hechos de la vida y a la capacidad dinámica de producir más y mayores hechos de la misma especie de vida. La eficacia del sistema impide que los individuos reconozcan que el mismo no contiene hechos que no comuniquen el poder represivo de la totalidad. Si los individuos se encuentran a sí mismos en las cosas que dan forma a sus vidas, lo hacen no al dar, sino al aceptar la ley de las cosas; no las leyes de la física, sino las leyes de su sociedad.”3
No hacía tanto calor. Sin embargo, el helado se derretía rápidamente. Para colmo, se lo habían
servido en un cucurucho tan diminuto que las gotas de helado derretido iban a parar a su camisa y a
su pantalón.
Lo tiró antes de terminarlo. Para disfrutar de un helado hay que tener un mínimo de paz
espiritual, se dijo. Esto es una tortura.
La servilleta que envolvía el cucurucho había pasado a formar parte de él (catalizada por el
helado), por lo que Dominguelli tuvo que buscar el baño de un bar, para lavarse.
Pero eso concernía a las manos y a la boca, nada más. Para la camisa y el pantalón se necesitaba
algo más que un poco de agua. Las prendas mancilladas clamaban por venganza.
—Mire cómo me dejaron la ropa —Derrito Dominguelli entrando a la heladería.
—¿Nosotras? —la cajera no se dejó intimidar—. Si usted no sabe sostener el cucurucho, pida el
helado en vaso.
—Está equivocada: sé sostener el cucurucho—Dominguelli se abrió la bragueta y realizó una
demostración práctica con lo que tenía más a mano. Mientras lo hacía, no reprimió un impulso
excretor que le vino, y hasta lo consideró muy oportuno para punir a esa gente por el mal servicio
que ofrecía. Dominguelli trató de cubrir con el chorro una zona lo más amplia posible, incluyendo
la cara de la cajera y de la empleada que le había servido el helado. Pero debió cortar el suministro
antes de vaciar del todo su vejiga, porque las mujeres se habían puesto a gritar por ayuda y un
hombre con delantal blanco —quizá el que fabricaba los helados— apareció corriendo una cortina y
se abalanzó en pos de Dominguelli. Este huyó y logró guardar todo y cerrar la bragueta antes de
subir a un providencial ómnibus en marcha que por descuido del chofer tenía abierta la puerta
trasera. Como estaba prohibido subir por ahí, Dominguelli fue obligado a descender, pero eso fue en
la parada siguiente, una cuadra más adelante, y esa ventaja bastó para desembarazarse del
perseguidor.
Ahora voy a ir a tomar un helado como la gente, se dijo Dominguelli. Tomó otro ómnibus. Pagó
boleto y se sumó a las ochenta y siete personas que viajaban de pie sobre otros tantos pasajeros que
habían sido aplastados por las primeras a medida que el ómnibus se había ido llenando.
Subió un inspector, y empezó a controlar los boletos. Dominguelli oyó un gran revuelo, formado
por discusiones, protestas y algún que otro golpe de puño. Permaneció ajeno a esto hasta que el
inspector le pidió su boleto. Entonces vio que en la mano sólo tenía un papel en blanco. Un nuevo
truco de la compañía para paliar los efectos de la crisis del petróleo: números y letras impresas en el
papel con tinta que se borra pocos minutos después de haber sido expedido el boleto. Dominguelli,
como todos los demás, debió pagar por segunda vez el importe del viaje.
Dominguelli bajó cuando vio que subía el segundo inspector. Igual de acá son pocas cuadras.
Le quedaba el dinero justo para un helado chico. Un solo sabor. Lo pidió de dulce de leche.
—Este es un lugar de prestigio —le dijo el heladero. —No vendemos eso.
—¿Porqué?
—Tomarse un helado de dulce de leche es como comerse una omelet de huevo.
Conceptualmente sí. Fíjese: la omelet ya de por sí se hace con huevo. Huevo y alguna otra cosa. El
helado se hace con leche, azúcar y alguna otra cosa. El dulce de leche es leche y azúcar. Por eso le
digo que es como comerse una omelet de huevo. A menos que usted me esté pidiendo un helado de
chuflo.
Dominguelli tomó eso como un insulto.
—Eso servítelo para vos —dijo.
—Lo que yo me sirva para mí es problema mío —contestó el heladero. —Si vas a tomar un helado pedímelo. Si no. anda a cagar.
—No, gracias, prefiero hacerlo acá mismo —dijo Dominguelli , y desprendiéndose el cinturón,
empezó a hacer fuerza para mover el intestino. El heladero, adivinando la intención, dio la vuelta al
mostrador. Dominguelli vio entonces que el hombre era mucho más grande de lo que le había
parecido, y se asustó, haciéndose en el acto en los pantalones. Pero logró sacárselos antes de que el
heladero lo golpeara, y los usó como escudo para protegerse. Si me pegas te cagas las manos, le dijo
innecesariamente, porque el otro no era ciego ni tenía la nariz tapada. Retrocedió y fue al teléfono,
dudando entre llamar a la policía, al manicomio o a los bomberos. Dominguelli aprovechó para
acercarse al bebedero y se sentó sobre él, utilizándolo como bidé, para limpiarse. Luego arrancó la
cortina de la entrada, que estaba formada por cintas multicolores de plástico, y huyó, utilizándola
como taparrabos.
Tomó un ómnibus, pero no pudo pagar el boleto porque había dejado su dinero en el pantalón, y
el pantalón había quedado en la heladería. Lo obligaron a bajar. Dominguelli tuvo que seguir su
viaje a pie, pero se reconfortó diciéndose: «No importa; igual, no tengo nada que hacer, hoy es
domingo».
El cambio o las adaptaciones de las necesidades socio económicas hace chocar y sobre todo mal entender la enfoque u objetivos reales de cada individuo, de cada familia y sobre todo de cada generación.
Ante el caso mas evidente que acabamos de experimentar, en donde una familia con varias tiendas abarrotes quiso implementar una mejora logística, administrativa y luego económica está ahora manifestando todo tipo problemas, conflictos, intereses, malas interpretaciones, amenazas, insultos y sobre todo discapacidad por proseguir o hablar con la verdad por delante.
Un matrimonio que dada las circunstancias se encontraron con un mercado inevitable, con un pais con unas costumbres muy simples y formas de comprar solo a cachitos, que después de muchas horas solo obtiene un beneficio que tampoco es desorbitado, ni un negocio que resulte constante y sonante por las muchas soluciones que responden.
Tanto abarca y tanto es lo que quieren mínimamente cubrir que ya salieron las cadenas, tiendas, o franquicias que con mejor soporte, mejor organización y sobre todo mejor disciplina ofrecen respuestas, servicio y sobre todo calidad a toda la población y no solo una parte.
Como era de sospechar la mordida en tales negocios como la del matrimonio abarca tantas áreas y métodos que todavía andamos intrigados en descubrirlos. Por lo pronto las primeras manifestaciones son evidentes : renuncias, ataques y cierta desobediencia. Ya no siguen los que estaban de toda la vida, ya son sonrisas por estar donde están, ya no hay trueques por ajustes de cuentas. Ya no se puede hacer ni mas ni tantas vistas gordas.
En el peor de los casos estamos ante la crisis y conflicto de uno de los hijos, un hijo propio de la propia casa que ataca frontalmente a todo, por todo y para todo. De ser relativamente mas mayor o sin estudios se podría casi asimilar o entender, pero siendo joven y con clara necesidad de reciclarse cuesta justificarse. Las sospechas son enormes y las malas interpretaciones son peores. Lo mas lamentable es tener todavía la visión de un país clásico, inmutable, intransferible,
El matrimonio casi se encuentra en una posición plenamente abrumada, cuando de nuevo ahora comienza a llegar nietos, sobrinos y un sin fin de personajes de los que queda claro muchos quieren «mamar de la teta» en base de estos pequeños negocios de abarrotes. Que México sufre es algo indiscutible, que sufrirá mas es algo a discutir o contemplar, incluso a considerar por los mismos individuos.
La capacidad de discusión o negociadora por lo pronto se ha presentado como renuncia total, ataque al sistema informático, clausura inminente del programa control ventas y menosprecio por la inversión realizada, incluso crear malas voces que todo fue un engaño por parte de terceros. Creando así comentarios desalentadores que nada tiene que ver, ni justifica ni ampara las propias palabras o acciones como sucesos reales.
Todo esto sin contar los demás países, que si bien se encuentra en situaciones similares, peores o afortunadamente ya algo mejores, pero no muy alentadores todavía. Queda muy lejos y de una perspectiva casi inconcebible imaginar, entender, asumir o incluso integrarse de forma plena a esas compañías internacionales que si bien aplican una férrea política control, proceso, logístico y administrativo nadie lo discute y nada les hace sombra.
México sufre, entregará lo mejor de si mismo, muerde su propia cola, corta todos los pasos sin justificación, se tira o se hunde hacia abajo sin explicación alguna y no por la propia gravedad de la tierra, sino por otro peor, mucho peor que no tiene ni nombre.