México sufre.

El cambio o las adaptaciones de las necesidades socio económicas hace chocar y sobre todo mal entender la enfoque u objetivos reales de cada individuo, de cada familia y sobre todo de cada generación.

Ante el caso mas evidente que acabamos de experimentar, en donde una familia con varias tiendas abarrotes quiso implementar una mejora logística, administrativa y luego económica está ahora manifestando todo tipo problemas, conflictos, intereses, malas interpretaciones, amenazas, insultos y sobre todo discapacidad por proseguir o hablar con la verdad por delante.

Un matrimonio que dada las circunstancias se encontraron con un mercado inevitable, con un pais con unas costumbres muy simples y formas de comprar solo a cachitos, que después de muchas horas solo obtiene un beneficio que tampoco es desorbitado, ni un negocio que resulte constante y sonante por las muchas soluciones que responden.

Tanto abarca y tanto es lo que quieren mínimamente cubrir que ya salieron las cadenas, tiendas, o franquicias que con mejor soporte, mejor organización y sobre todo mejor disciplina ofrecen respuestas, servicio y sobre todo calidad a toda la población y no solo una parte.

Como era de sospechar la mordida en tales negocios como la del matrimonio abarca tantas áreas y métodos que todavía andamos intrigados en descubrirlos. Por lo pronto las primeras manifestaciones son evidentes : renuncias, ataques y cierta desobediencia. Ya no siguen los que estaban de toda la vida, ya son sonrisas por estar donde están, ya no hay trueques por ajustes de cuentas. Ya no se puede hacer ni mas ni tantas vistas gordas.

En el peor de los casos estamos ante la crisis y conflicto de uno de los hijos, un hijo propio de la propia casa que ataca frontalmente a todo, por todo y para todo. De ser relativamente mas mayor o sin estudios se podría casi asimilar o entender, pero siendo joven y con clara necesidad de reciclarse cuesta justificarse. Las sospechas son enormes y las malas interpretaciones son peores. Lo mas lamentable es tener todavía la visión de un país clásico, inmutable, intransferible,

El matrimonio casi se encuentra en una posición plenamente abrumada, cuando de nuevo ahora comienza a llegar nietos, sobrinos y un sin fin de personajes de los que queda claro muchos quieren «mamar de la teta» en base de estos pequeños negocios de abarrotes. Que México sufre es algo indiscutible, que sufrirá mas es algo a discutir o contemplar, incluso a considerar por los mismos individuos.

La capacidad de discusión o negociadora por lo pronto se ha presentado como renuncia total, ataque al sistema informático, clausura inminente del programa control ventas y menosprecio por la inversión realizada, incluso crear malas voces que todo fue un engaño por parte de terceros. Creando así comentarios desalentadores que nada tiene que ver, ni justifica ni ampara las propias palabras o acciones como sucesos reales.

Todo esto sin contar los demás países, que si bien se encuentra en situaciones similares, peores o afortunadamente ya algo mejores, pero no muy alentadores todavía. Queda muy lejos y de una perspectiva casi inconcebible imaginar, entender, asumir o incluso integrarse de forma plena a esas compañías internacionales que si bien aplican una férrea política control, proceso, logístico y administrativo nadie lo discute y nada les hace sombra.

México sufre, entregará lo mejor de si mismo, muerde su propia cola, corta todos los pasos sin justificación, se tira o se hunde hacia abajo sin explicación alguna y no por la propia gravedad de la tierra, sino por otro peor, mucho peor que no tiene ni nombre.

 

XikuFrancesc

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