Yo no puedo vivir
si todo el tiempo no estoy escuchando reggaeton.
Cuando estoy trabajando, reggaeton.
Cuando salgo a pasear o rezar a la iglesia.
Y no sigo adelante
si no están transmitiendo
reggaeton por los parlantes.
Cuando duermo también,
tiene que haber reggaeton de corrido.
Si no, no puedo soñar
que me declararon el rey del reggaeton.
Si a tí no te gusta el reggaeton,
yo de todos modos te lo voy a a emitir
donde estés, como sea
para que bailes al son juguetón
de lo que en la televisión
se llama reggaeton.
Yo no puedo vivir
sin escuchar con asidua impaciencia reggaeton.
De cualquier procedencia, reggaeton.
En el cuerpo y la mente.
Y si caigo en un curso de meditación,
quiero que haya reggaeton
continuamente en el ambiente.
En las tiendas también
quiero tener que esforzar el oído
como forma de desentrañar el sentido
de lo que me está diciendo
el que me atiende bajo el son del reggaeton.
Si a tí no te gusta el reggaeton,
es que no lo tienes escuchado
con la asiduidad que se merece.
Y he pensado, que el departamento de cultura del estado
debería controlar que en todos lados suene reggaeton.
En mi humilde opinión necesito del reggaeton.
Y quisiera que la teletón
sólo fuera una maratón de puro reggaeton.
Yo tengo 13 años y voy a ver a One Direction en concierto con entrada VIP, salga 6000 o 12000. Y no somos pendejas de 9 años que lo vamos a ver, no jugamos a las barbies. Somos Directioners y esperamos a One Direction por dos años y VOS venís a insultarlos. Cuando llenes conciertos avisame, porque nadie te va ir a ver.
El que trae a 1D no es ningún enemigo. Nosotros los uruguayos tenemos la suerte de que vengan, de que una banda popular nos reconozca como país y no como parte de Argentina. Y si le vas a tirar huevos al que trae a One Direction, yo te quemo la casa. Y si, ojalá One Direction me lleve con ellos y me vaya del país. Si me devuelven cuando tenga 20 años, te digo todo lo que pasé con ellos hasta que te mueras. Prefiero escuchar a One Direction que escuchar a los Wachiturros, esos que se creen los reyes del mundo y no llenan ni la cancha del Tanque Sisley.
Y si una persona de 22 años no tiene problemas porque le guste One Direction, sabe apreciar la buena música. Los Beatles empezaron igual que One Direction, pero como los Beatles no vinieron a Uruguay, vos te venis a quejar de One Direction. Por favor, cuando cantes como One Direction avisame, pero ya sé que nunca va a pasar. Y el CD me salió 500 pesos y me compré los dos, el disco «Up All Night» y el disco «Take Me Home» y aturdo a todo el mundo y si querés voy a la radio y me pongo a escucharlos.
Gracias.
Estimada Inimputable:
Tu carta me resultó conmovedora. Pienso en tus padres y me dan ganas de ir a abrazarlos y llorar con ellos. Deben estar viviendo un infierno. El cariño y las expecativas que habrán depositado durante tu infancia, el esfuerzo en tu educación, las esperanzas que habrán abrigado mientras crecías. Ver esto en lo que te has convertido debe ser desolador para ellos. Créeme que es así. A continuación paso a aclararte lo que creo que son algunas impresiciones de tu misiva:
1) Los uruguayos no tenemos la suerte de que venga One Direction. Los uruguayos tenemos la suerte de estar vivos, de existir. Somos inviables, un invento inglés que se ha venido marchitando generación tras generación hasta llegar a ti. Tú eres una prueba de ello.
2) Que vengan a dar un show acá y a levantar unos pesos no quiere decir que nos reconozcan como país. Seguramente cuando les toque ir a Paraguay, alguno de ellos va a preguntar «¿Por qué volvimos? ¿No habíamos tocado ya en Paraguay hace unos días?»
3) Me parece válido que prefieras escuchar One Direction que a los Wachiturros, pero no creo que sea algo de lo cual enorgullecerse. A lo sumo se puede hablar de reducción de daños. En todo caso, te lo planteo de otra forma para quebrar una lanza a tu favor; prefiero que escuches One Direction a que escuches Radio Elbinario. Aunque también es cierto que prefiero que consumas pasta base a que escuches Radio Elbinario.
4) Tu amenaza de quemar mi casa es una gran noticia para mí; confima uno de mis tantos prejuicios. Un lobo solitario del islamismo como el que decapitó al soldado en Londres es menos fanático que una adolescente de 13 años que sigue a una banda inventada por alguna mente perversa.
5) Vayamos a una de las frases inolvidables de tu carta: «Los Beatles empezaron igual que One Direction, pero como los Beatles no vinieron a Uruguay, vos te venis a quejar de One Direction.» En principio debo decirte querida inimputable, que como silogismo es de lo más novedoso que he leído en años. He tratado de reproducir el trayecto de ese razonamiento durante toda la mañana y todavía no le encontré el hilo. Pero a ver si te gusta este silogismo parecido al tuyo que hice:
Sócrates nunca vino al Uruguay, Sócrates es tan mortal.
Baltazar Garzón vino a Uruguay, Baltazar Garzón es un vejiga.
Ahí está. Bueno, no sé. No logro vincular una cosa con otra, pero me encantó tu estilo para articular la lógica y le llamaré al mismo «Razonamiento deductivo anacrónico arbitrario destructivo».
Ahora bien, decir que los Beatles empezaron como One Direction es casi como decir que los Cíngaros empezaron como el Cirque du Soleil, o que Ortuño empezó como Mandela. Algo más adecuado a la realidad sería decir que Monterrojo empezó como One Direction, o incluso los Sex Pistols empezaron como One Direction. O sea, con un casting hecho con un productor, etcétera. Pero ya sabemos que a vos, la realidad no te importa un carajo.
6) Insisto, una muchacha de 22 años que vaya a ver One Direction tiene serios problemas mentales. Si querés podemos retomar este punto de la discusión cuando cumplas 22. No soy Ana Clara la que te tira las cartas en VTV pero te puedo asegurar que a esa edad ni siquiera te vas a acordar de que alguna vez existió algo llamado One Direction. Por no hablar de sus integrantes que seguramente para esa altura estarán: uno festejando su sexto aniversario como interno de una clínica de rehabilitación para drogadictos, otro preso por tráfico de estupefacientes, el tercero atendiendo un Burger King, el cuarto cantando en el metro de Washington y el quinto haciendo reclames de Reduce Fat Fast.
7) La oración «Cuando llenes conciertos avisame, porque nadie te va ir a ver» es de una fineza en cuanto al humor absurdo que yo no alcanzaría en años. Si te interesa saber, eso fue lo que más me dolió de toda tu carta. Tu nivel humorístico involuntario supera mis escasas habilidades por un largo margen. Repito «Cuando llenes conciertos avisame, porque nadie te va ir a ver», es como en el registro del «El único que está hablando con un imbecil acá es usted» pero mucho más original.
Lamento aguarte la fiesta pero los servidores están para caerse.
Lamento romper mitos y lamento faltar el respeto, pero hasta el mas mejor servidor del mundo se cae por «cualquier» detalle. Y la culpa es nuestra obviamente por pensar que máquinas así o diseño extravagantes son y estás para soportar todo y mas, cualquier cosa y lo que venga.
Luego la realidad nos asienta sobre el suelo y basta que sea una de las tantas «capas de cebolla» que necesitamos para que todo marche muy bien, o bien como mínimo, pero no se puede y nunca será posible que sea ni autónomo ni automático.
La idea de servidores es tentadora, realmente un sueño tener máquinas en predisposición a cualquier momento, cualquier hora, cualquier circunstancia y sobre todo cualquier capricho personal o no. Desde un niño quiere tener siempre su juguete a su predisposición para jugar en cualquier momento, ya sea incluso comiendo o estando en baño, o viajando en coche con sus papis.
Pero todavía hay que recordar una y otra vez así que todo falla, todo es muy vulnerable y todo puede pasar en cualquier momento. Ni el mejor sistema operativo, ni el mejor cortafuegos, ni el mejor servicio en marcha o desactivado, ni el mejor cable, ni la mejor conexión a redes, ni la mejor difusión entre redes te asegura nada, absolutamente nada.
¿Por que? Porque vivimos en un mundo de sueño, un sueño que se ha llevado a la realidad como si fuera o fuese verdad siempre lo que soñamos. Los sueños son una cosa y las máquinas son otras. Pero la comodidad, calidad y quizás el peor factor de todo que es el desconocimiento de como son las cosas de verdad hace que de nuevo soñemos por encima de nuestras propias probabilidades y capacidades.
Son miles de ingenieros, técnicos, programadores y administradores de sistemas que viven y se vuelcan todos los días por quien sabe que detalles mejorar. No se si todos ellos juntos luchan por todavía el mismo sueño de que si es posible siempre tener unas máquinas al cien por cien entregadas por y para nosotros. De que lo ven como el mejor juguete hecho y construido por el ser humano ya queda muy poca duda, incluso capaz de hacerlo tener vida propia y que así el juego/juguete sea inabarcable, incombustible e inacabable.
En cambio otros no nos hace falta esa premisa, no podemos ni debemos pedir algo que ni nunca la naturaleza ni la física ni mucho menos la energía lo hace o lo ha hecho nunca : constancia. Las máquinas se apagan, las conexiones se caen, los servicios se colapsan, los tiempos se añaden, los discos se llenan, y en algún momento hay que volver a comenzar. Volver a comenzar como si un nuevo ser vivo fuera o fuese, que tome una nueva vida, un nuevo ciclo y una nueva ilusión.
Y si en algún momento yo veo que mis máquinas, mis servicios, mis conexiones, o sobre todo mi vida se cae o tiene una pausa pues lo veo, lo reconozco, lo identifico, lo reparo y comienzo de nuevo. Cada día sale el sol, cada día es nuevo amanecer y cada día es diferente al día anterior. Y los servidores no van a ser nada diferentes.
Mirá ese bichicome que viene ahí.
Así como lo ves todo rotoso,
zaparrastroso. Yo te puedo asegurar
que tiene, que tiene,
que tiene la guita del mundo.
Mirá esa chiquilina, mirala bién.
Esa que vende aspirinas en el café.
Mirale la cara de zorra que tiene.
No le vayas a comprar.
Tiene el vicio prematuro del alcohol,
del alcohol y pide para eso.
Mirá esa vieja loca que viene ahí.
Así como la ves toda mugrosa,
zaparrastrosa. Yo te puedo asegurar
que nadie, ni ella
se sabe la guita que tiene.
Miralo al lustrabotas de aquel café.
Ese botija de motas. Yo sé muy bién,
que es de familia recontra pituca.
Sólo que se le ocurrió
como un pasatiempo todo el día andar,
día andar, «Señor, señor, se lustra?»
Aquel juntapapeles que viene ahí,
te puedo asegurar que es el gerente
o el presidente de la casa principal
de un banco, y es dueño
de cuatro cadenas de hoteles.
Y aquel ahí tirado, ya sabes cual.
Ese que pide una pierna artificial.
No vayas a darle, ya tiene unas cuantas.
Es un millonario que
se entretiene de esa forma y si le dan,
si le dan, lo juega a la ruleta.
Cuando andes por la calle, de lo que ves,
jamás te creas ni la cuarta parte.
Para engañarte, siempre todos van a estar
al día contigo, como ese aparente mendigo.
Con esto que te dije, capaz que fuí
algo pesado. Lamento si fuera así.
Son sólo consejos, te los aconsejo.
Ya me voy, te dejo en paz.
Pero antes quiero pedite si me das,
si me das pal ómnibus de vuelta.
Porque esta quincena, los pagos de vuelta
vienen atrasados, y si ando en je,
si ando en jetra, eso es pura letra.
El dilema es el siguiente : ¿Me bloqueo todo o no me bloqueo todo? ¿Me privo de toda comunicación o no? ¿Me evito todo problema o me perderé mucha información?.
En términos prácticos estamos hablando de un simple, sencillo, humilde y arrogante truco en la que te haces una lista de dominios, direcciones y sobre todo enlaces que probablemente no tienes mucho ni nada que perder ahí.
Estos enlaces son los que mayormente te envían, te involucran y seguramente se te infectan de toda tu valiosa información personal y laboral, de manera que tu máquina y tu propio sistema evitará cualquier vínculo y cualquier referencia que venga de ahí o para ahí.
Esto por una parte, por otra parte este truco es tan pero tan sencillo y casi ridículo que todavía deja mas en evidencia los otros trucos que comen memoria, tienen asistente, presumen de hacer lo que dicen que hacen y reducimos todo a cosas mas sencillas, mas elementales. Mejor no nombramos ninguna y dejamos a todos en misma condición.
Finalmente en el peor de los casos es posible que pierda hasta los enlaces pr0n, pero no creo, estos son mas inteligentes que muchos de nosotros.
Enlace de la herramienta para actualizar hosts https://github.com/StevenBlack/hosts
El truco es ejecutar un «git clone https://github.com/StevenBlack/hosts«, luego damos permiso al fichero «updateHostsFile.py» que nos actualizará y nos creará la lista de dominios no convenientes al mero instante, con la opción de reemplazarlo automáticamente de nuestro propio sistema hosts o conservar una copia para que el remplazo lo hagamos nosotros manualmente por si acaso, que se recomienda mas.
Y listo, nada mas, borra todo historial de navegación y fíjate como no cargas tantas cosas como antes sin ocupar nada de memoria, como por de «magia potagia».
En definitiva es algo que te hace amar muchísimo, pero muchisisimo la pantalla negra, la consola, la terminal y su terrible como ominoso poder. Cuatro teclas e inmutable como imperturbable quedas.