El aparcamiento (por Pepe da Rosa)

¿Qué es la vida?
Un frenesí
¿Qué es la vida?
Una ilusión
Tremenda circulación
y el mayor bien es pequeño,
que siendo de un coche dueño
pierde sentido y razón.
Automóviles y motos
que no tienen sentimientos
y ven un aparcamiento
y se ponen como locos.
¿Pero usted no ha reparado
a algunos con el seiscientos
buscando acomodamiento
que van como mareados?
Los ojos desencajados
viendo sin perder resuello
y la nuez fuera del cuello
de tenerlo levantado.
Y de pronto encuentra un hueco
y no lo piensa «Me meto».
Pero ve desesperado,
que otro que iba delante
más listo se ha anticipado,
y un grito desesperante
«Su padre, se me ha colado.
Si llego un poquito antes…»
Y venga darle más vueltas,
y venga buscar y buscar,
y las piernas medio muertas
de embragar y desembragar.
Y por fin allá al final,
viendo una moto que sale
«Vaya hombre, menos mal.»
Pero se acerca y no cabe.
Bueno, no cabe o no sabe,
pa’l caso lo mismo da.
Y una rabia que berrincha
y se le seca la boca,
y la nariz se le hincha,
y el calor que lo sofoca,
y una rueda se le pincha,
y el que va detrás que toca
y más rapidez reclama,
y la gente como loca
por donde le da la gana.
Y loco viendo llegar
la hora de la oficina,
decide al fin aparcar
a tres metros de una esquina.
Y al rato el municipal.
«Este coche está mal puesto
y lo tengo que multar.»
«Pero Guardia ¿Qué más da
metro más o metro menos?»
«Lo siento pero tenemos
órdenes de sancionar»
Y el hombre no puede más.
Revienta como un sifón
y sin fuerzas ni pa’ hablar,
se lo llevan en un taxi.
Palma. Requiescat in pace.
Sigue la circulación.

Una respuesta a «El aparcamiento (por Pepe da Rosa)»

Los comentarios están cerrados.